¿Son los gatos más inteligentes que los perros?

En no pocas ocasiones se puede leer que el perro es un animal muy inteligente. Sin embargo, pocas veces se presta atención al resto de animales. Hace poco descubría que el cerdo tiene una inteligencia mayor a la del perro, por ejemplo, y nadie trata de enseñarles a sentarse y a dar la pata. Y con los gatos, ¿qué ocurre?

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                Bien, la experiencia me dicta que el gato es más inteligente que el perro.

¿Se puede educar a un gato?

                Por supuesto. Sin embargo, la educación del gato no puede ser igual que la del perro, porque son animales con atributos y características completamente diferentes. El perro es un animal naturalmente gregario, al que le cuesta (puede que, incluso, le resulte imposible) vivir en soledad. Sin embargo, el gato es un animal típicamente solitario, que se pelea con otros machos por el territorio, y que sólo se relaciona con las hembras en la época de celo.

                ¿Qué quiere decir esto? Que el perro te necesita, pero el gato no. Eso explica por qué puedes educar a tu perro pegándole con un periódico en el hocico cuando hace algo mal, pero no puedes hacer lo mismo con el gato. En el primer caso, el perro se someterá y te reconocerá como un líder, intentando cambiar su conducta. En el segundo, el gato huirá, y te reconocerá como una amenaza, huyendo de ti cuando te vea y no haciéndote caso.

                Por lo tanto, para educar a un gato, hay que hacerlo mediante un adiestramiento en positivo, de forma que el gato tenga interés por hacer lo que dices porque recibe algo a cambio de hacerlo. Es importante la diferencia. El gato jamás hará nada por "hacerte feliz", sino por lograr algo para sí mismo.      
                En este sentido, si quieres enseñar al gato a que se siente y te dé la pata, puedes hacerlo, pero la mejor forma es coger una lata de atún, y darle un poco cuando logres que se siente (sin hacer demasiada fuerza, o huirá).

                En Rusia no es extraño ver "maestros de gatos" en los circos, que hacen trucos espectaculares con los gatos. ¿Por qué? Porque los han educado y adiestrado. De hecho, si puede hacerse con un león, ¿qué te hace pensar que no lo puedes hacer con tu gato?

                Ahora bien, ¿es más listo el gato que el perro? En mi humilde opinión, creo que son inteligencias distintas. Podría parecer que el gato es menos inteligente que el perro, pero lo cierto es que lo único que hace que el perro parezca más inteligente, es su predisposición a hacerte caso y cumplir lo que le ordenas.


                Al fin y al cabo, piénsalo un momento. Seguro que alguna vez has visto a un gato subido a un muro, sentado y relajado, mientras uno o dos perros saltaban contra el muro tratando de alcanzarlo. El gato, impasible, los mira desde lo alto, sabedor de que no pueden alcanzarle. ¿Acaso no demuestra inteligencia? Si en lo alto del muro hubiese otro perro, probablemente se lanzaría a la pelea o saldría huyendo, permitiendo a los otros dos perros darle caza. 

Bigotes de gato. ¿Para qué sirven?

¿Has oído alguna vez aquello de que cortarle los bigotes a un gato es como arrancarle los ojos a una persona? ¿Sabes por qué? En este artículo vamos a explicártelo, pero antes de hacerlo, déjame decirte que un gato sin bigotes, es una presa fácil para cualquier otro animal.



Bigotes de gato: Algo más que decorativos

                Los bigotes de gato no sirven únicamente para hacer bonito y darle esa apariencia tan graciosa. Tienen un fin superior, ideado por la evolución para garantizar la supervivencia de la especie. Tanto los bigotes, como los pelos que salen por encima de los ojos, como los que salen en la barbilla, tienen el mismo objetivo: ayudarle a moverse en su entorno.

                En rigor, estos pelos no se llaman bigotes, sino vibrissae, que significa "reconocer vibración". Con ellos, el gato es capaz de notar hasta el más mínimo soplo de aire, alguna vibración, o la distancia a la que se encuentra algún objeto.

                Es por ello que, en no pocas ocasiones, se ha relacionado a los gatos con lo sobrenatural, por prestar atención a cosas que, aparentemente, no existen. Pero no es que no existan, es que el ser humano no puede percibir las sutiles variaciones en los soplos de aire, mientras que le gato sí puede.
                Pero vayamos al quid de la cuestión: ¿Para qué les sirven los bigotes al gato? En primer lugar, para orientarse con comodidad por el entorno. Te habrás fijado en que un gato puede pasear por encima de tu escritorio sin tocar ninguno de los objetos que hay sobre él. Eso lo hace porque detectando los pequeños soplos de aire, sabe la posición exacta de cada uno de esos objetos, y puede pasar de una forma muy ajustada alrededor de ellos, sin tocarlos.

                Pero los bigotes sirven, también, para medir los lugares por donde puede y no puede pasar. Alguna vez te habrás fijado en que tu gato mete la cabeza en algún lugar, la saca, y se va por otro sitio. En otras ocasiones, en cambio, mete la cabeza, y termina entrando por completo (en ocasiones, no sin cierta dificultad). Eso se debe a que el largo de los bigotes es exactamente igual al ancho del gato. Por lo tanto, le sirve como instrumento para medir por qué lugares puede pasar y por qué lugares no puede (y, sí, cuanto más engorda tu gato, más le crecen los bigotes).

                Por último, le sirve como instrumento social, ya que, dependiendo de la forma que adopten, cuán en tensión estén, etc. puede significar un estado de ánimo u otro. Esto les sirve para relacionarse con otros animales, especialmente los de su misma especie.


                Como puedes ver, los bigotes del gato son realmente importantes. No sólo son un elemento decorativo, sino que les sirven para una multitud de cosas (entre ellas, sobrevivir). Es por ello que si le cortas los bigotes a tu gato, lo estarás dejando cojo, ciego, o algo peor. Por favor, si alguna vez se te ha pasado por la cabeza: no lo hagas.